Diario de un Anacardo

viernes, noviembre 24, 2006

Una de monedas

Reúno varios post que ví en 86400 sobre monedas:

Primeramente un vídeo de un dominó de monedas increíble:



La verdad es que el que lo haya hecho se ha tenido que aburrir un rato. No me quiero imaginar lo que tiene que ser haberlo montado todo y que en la grabación se te quede atascado a mitad... y ¡tengas que volverlo a montar todo!

¿Te ha parecido fácil colocar una monedita detrás de otra? La idea es sencilla, pero hace un efecto buenísimo.

De segundo plato un link a una página con fotos de equilibrios con monedas y otros objetos como esta:


Un verdadero artista.

Y como postre final una curiosidad sobre monedas y metales en general. ¿No crees que a esta gente que ha estado trabajando con las monedas les ha tenido que quedar un olor en las manos muy desagradable? ¿No te pasa cuando enredas con monedas u otros metales?

Resulta que un estudio de la Universidad de Leipzig ha demostrado que dicho olor no pertenece al metal, sino a nosotros mismos, a nuestra piel.

Cuando tocamos objetos hechos de hierro, la transpiración de nuestra piel hace que los átomos de hierro ganen electrones. La doble negatividad de estos átomos reaccionan con el aceite de la piel, causando que se descompongan.

Como la sangre también contiene hierro, es esa sangre cercana a la piel la que produce ese olor aumentado por la reacción anterior. Así que no olemos el hierro de las monedas sino el hierro de nuestra propia sangre que ha reaccionado en nuestra piel.

El olor que pueden tener las monedas ya de por sí antes de haberlas tocado, proviene según este estudio del asqueroso sudor pegajoso que las manos de sus antiguos dueños le han proporcionado... ¡¡qué agradable saberlo!! Casi prefiero no creermelo...


Vía | 86400 1, 2 y 3.

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